Subir los salarios es una necesidad social, pero también económica

El sindicato CCOO está metido de lleno en una campaña para la subida de los salarios en nuestro país. Es necesario para los trabajadores y trabajadoras, que no pueden perder más poder adquisitivo, pero también para la economía de nuestra Comunidad y de nuestro país. Además es de estricta justicia devolver a la sociedad un reparto más equitativo de la riqueza. Esta campaña tiene como punto clave la subida, comprometida con el Gobierno, del Salario Mínimo Interprofesional, pero también nos obliga a pelear los sueldos en la negociación colectiva.

Las subidas salariales, sobre todo en los sueldos más pequeños, suelen ir directas al consumo interno. Esto reanima la economía e incide positivamente en la creación de empleo. Pero, si los salarios no suben, y los beneficios se quedan en los bolsillos de las y los empresarios, ¿qué economía animarán?

Además la salida de la crisis del Coronavirus se está haciendo con más desigualdad, más precariedad, más injusticia. Tenemos la inflación más alta de las últimas décadas, 5,5%, con determinados servicios esenciales marcando record de precios. Mientras, los salarios no consiguen alcanzar esta escalada ya que el SMI solo ha subido 15 euros mensuales y la negociación colectiva nos deja incrementos medios del 1,5% en lo que va de 2021. Con este panorama no es de extrañar que, en Castilla y León, haya ya casi un 20% de personas en la pobreza.

Tener trabajadores y trabajadoras pobres es un drama en nuestra sociedad. Es fruto de una Reforma Laboral que tenía por objetivo devaluar los salarios. Ha consagrado la temporalidad y la parcialidad que dan como consecuencia bajas percepciones económicas y pocas prestaciones sociales y, en el futuro, bajas pensiones de jubilación.

También ha descompensado el poder de las partes en la negociación colectiva dando mayor poder al empresariado frente a las organizaciones sindicales. Es en la negociación colectiva donde se reparte el beneficio económico de las empresas y es en esta negociación maniatada en la que se pueden perder derechos fundamentales. Por eso, a la vez que luchamos por los salarios, luchamos contra las Reformas que convierten el mundo laboral en un espacio en el que impera la Ley de la Selva. Y no nos confundamos, la Ley de la Selva también es perjudicial para las propias empresas que sufren dumping empresarial de quien no tiene reparo en descolgarse del convenio o rebajar salarios aunque no haya motivo por que la Reforma convierte cualquier circunstancia en motivo.

También nos ocupamos de los salarios diferidos que son los servicios públicos. Tener una buena sanidad y una buena educación pública es fundamental para los trabajadores y trabajadoras que, a diferencia de la clase empresarial, no puede pagarse la sanidad privada. También exigimos servicios sociales adecuados a la difícil situación en la que nos ha situado la actual pandemia que, además ha agravado la crisis económica que venimos arrastrando desde 2007. Hay personas trabajadoras que se están quedando en el camino y a las que hay que ayudar a pagar el alquiler, la luz, cada vez más costosa, el agua y, en el invierno, la calefacción. Pero asistimos con auténtica desesperanza a la campaña de rebaja de impuestos que ha emprendido el Gobierno de Castilla y León que va a hacer cada vez más difícil pagar los servicios públicos.

También combatimos con fuerza que el salario que nos hemos ganado al final de nuestra vida laboral se ponga en cuestión. Las pensiones son viables y se pueden mantener en el tiempo por más que llegue la generación del Baby-boom. Solo hace falta voluntad para mantenerlas. Quien dice lo contrario sirve a los intereses de las empresas financieras y aseguradoras que necesitan apropiarse del negocio de los planes de pensiones.

 

Vicente Andrés Granado
Secretario General de CCOO de Castilla y León