A vueltas con el "antídoto" económico

16-Enero-2021.- España y el mundo entero afrontan unos meses claves para superar la pandemia. La llegada de la vacuna debe suponer el triunfo de la ciencia sobre la Covid-19, un enemigo que cambió por completo el devenir de nuestras vidas hace exactamente un año.

La realidad económica a la que nos enfrentamos desde que comenzó el confinamiento el pasado mes de marzo es del todo surrealista. Nos hallamos en una caída sin precedentes de la producción industrial al haberse parado, casi en su totalidad, todos los sectores de actividad; con una disminución continuada de la confianza empresarial; con una disminución de la confianza del consumidor; con un descenso de las ventas minoristas, en donde la venta on line ha cobrado una especial relevancia y en donde muchos negocios todavía no se encuentran preparados; con el aumento de los depósitos financieros de los ciudadanos que se traduce en menos consumo, aunque en la actualidad empieza a incrementarse levemente el crédito debido a un tímido inicio de la actividad financiera; y, finalmente, hay que añadir la falta de productividad del trabajo debido al tamaño empresarial de Castilla y León con un alto porcentaje de Pymes y de Micropymes, que no ayuda para nada a la reactivación económica.

Sin embargo, ante todo este despliegue de adversidades, nos encontramos otras realidades que hacen que la recuperación monetaria se encuentre con unos pilares fuertes para su remontada en este año 2021. A fecha de hoy seguimos teniendo un superávit externo debido a la alta competitividad de las compañías exportadoras. El mercado laboral de la región está ejerciendo un papel estabilizador debido a los ERTE, a las medidas de apoyo a los autónomos que, junto con las prácticas internas de flexibilidad de las empresas basadas en el teletrabajo, hacen que se mantenga una cierta estabilidad del empleo, aunque se tardará en la creación de nuevos puestos de trabajo hasta que no haya desaparecido el riesgo de contagio de la Covid-19.

Con esta situación social y económica tan precaria, a causa de la crisis sanitaria, las vacunas de Moderna, Pfizer o AstraZeneca, entre otras, son un soplo de aire fresco para la población mundial. En un contexto nada halagüeño para el futuro más próximo estos antídotos y las previsiones que conllevan nos hacen mirar al mañana con más optimismo.

Pero, por otra parte, en estas primeras semanas de vacunación existe una gran incertidumbre sobre la eficacia, la disponibilidad, el despliegue y el efecto “rebaño” que logren. Es del todo necesario que se acelere el proceso y que llegue rápidamente al mayor número posible de ciudadanos. Para ello es necesario que los actores que están al frente del país vayan al unísono ante tan temido adversario. La guerra de egos a la que nos tienen acostumbrados servirá de poco para derrocar al coronavirus; por el contrario, arrimar el hombro y dejar los intereses partidarios ayudará, sin duda alguna, a aliviar la preocupación de la ciudadanía.

En la actualidad, todo esto no se está cumpliendo, pues el proceso está siendo más lento de lo que estaba previsto; ni el Gobierno ni las comunidades autónomas parecen encontrar un protocolo eficaz, enmarcándonos en la falta de coordinación, en donde queda patente cómo España es un conjunto de regiones “divididas y seccionadas” entre sí. Si, por el contrario, se cumplen las expectativas y la vacuna es efectiva a un grado superior al 90%, la estabilización sanitaria y económica de los países empezará a dar resultados, fruto de la normalización de los movimientos de personas y productos entre regiones. Los sectores más perjudicados por esta crisis como el turismo, la aviación o la hostelería podrán iniciar una recuperación más rápida si la inyección consigue frenar la Covid-19.

En definitiva, es de suma importancia que para que las vacunas tengan el efecto deseado, los dirigentes políticos estén más unidos que nunca para tratar de administrar la cura lo más rápido posible y a la mayor parte de la población que los medios sanitarios permitan, ya que la certidumbre sanitaria llevará consigo la económica en esta carrera contrarreloj. La inmunización y la mejora económica reactivarán el consumo privado, verdadero motor de la economía mundial, logrando la movilidad de los efectivos financieros, los cuales llevan en stand by demasiado tiempo siendo sinónimo de éxito y de oportunidades, al objeto de garantizar, a las generaciones actuales y futuras, un futuro digno sustentado en un Estado del Bienestar sólido y estable.

https://www.laopiniondezamora.es/opinion/2021/01/16/vueltas-antidoto-economico-28842642.html

Juan Carlos De Margarida

Decano – Presidente Economistas Valladolid, Zamora y Palencia