‘Bajaciones’: Cuando la inmoralidad amenaza la integridad laboral

31 de marzo 2025

 

En los últimos años, un neologismo ha emergido en el ámbito laboral español: las “bajaciones”, un término que fusiona las palabras “baja” y “vacaciones” para describir una práctica fraudulenta donde los empleados simulan o exageran enfermedades, especialmente de índole psicológica, para obtener períodos de descanso remunerados de manera ilegítima. Este engaño está generando preocupación creciente tanto en el sector empresarial como en el ámbito de las relaciones laborales.

La práctica de las “bajaciones” se materializa de diversas formas: un caso típico es el del empleado que, estratégicamente, solicita una baja por ansiedad o depresión justo antes o después de sus vacaciones programadas, efectivamente extendiendo su período de descanso mientras mantiene su salario. Otro escenario común es el del trabajador que simula una condición médica para poder realizar trabajos adicionales en la economía sumergida, multiplicando así sus ingresos de manera fraudulenta.

El impacto de esta práctica es multidimensional y afecta especialmente tanto a las empresas como a los trabajadores honestos. Las organizaciones no solo hacen frente a pérdidas económicas directas por el pago de bajas fraudulentas, sino que en ocasiones se ven obligadas a invertir en costosas investigaciones privadas, con tarifas que oscilan entre 60 y 80 euros por hora. Además, la productividad se ve severamente afectada, generando retrasos en proyectos y una desorganización general que puede impactar en la competitividad empresarial.

Para los trabajadores honestos, las consecuencias son igualmente graves. Estos se ven obligados a asumir cargas laborales adicionales, experimentando mayores niveles de estrés y, paradójicamente, aumentando su propio riesgo de desarrollar problemas de salud mental “verdaderos”. Además, cuando estos empleados necesitan solicitar bajas legítimas, se encuentran con procesos más rigurosos e intensos, fruto de la desconfianza general generada por los casos fraudulentos.

Es fundamental mejorar las condiciones laborales y salariales, implementar programas efectivos de salud mental en el trabajo, y establecer canales de comunicación más eficientes entre empleadores y empleados. Solo abordando tanto los síntomas como las causas subyacentes podremos comenzar a revertir esta tendencia que en ocasiones llega a amenazar la integridad del sistema laboral.