Cooperativismo: la fuerza de la unión

Todo empieza en el campo. Tanto el alimento de la ganadería como del humano procede de las tierras de cultivo. Somos el primer eslabón, de los que no pararon durante la pandemia y los mismos que mandaron un mensaje de tranquilidad cuanto estalló la Guerra de Ucrania sobre el abastecimiento. Sólo en los momentos complicados, con los precios de la cesta de la compra desbocados por pandemia, guerra, sequía… es cuando la sociedad mira el sector agroalimentario.  

La industria agroalimentaria de Castilla y León es la tercera más competitiva de España por su productividad, tal y como recoge el último informe de Cajamar, supone el 14,2% del Valor Añadido Bruto y genera el 15% del empleo de la Comunidad. Es un sector estratégico que multiplica su importancia si esas industrias se encuentran en el medio rural. Es el caso de la Cooperativa ACOR, pues el 75% de su plantilla vive en los pueblos de alrededor con un empleo estable (96% fijos) y de calidad. Un apoyo para luchar contra la despoblación en una Comunidad muy castigada.

Cooperativa

La unión de muchas voluntades ha creado estos proyectos imposibles de abordar de forma individual. El abuso de las grandes industrias está precisamente en el origen y en la continuidad de ACOR. La singularidad de una cooperativa radica en que los socios son los proveedores y los propietarios. El beneficio repercute directamente en ellos, permite dar un valor añadido a sus productos, todos son tratados por igual y es imposible que los socios o la empresa se deslocalicen. El principal objetivo de estas entidades es asegurar la rentabilidad y mejorar de las explotaciones de sus cooperativistas.

Sostenibilidad

El espíritu y la forma de trabajar de los agricultores es la misma que se aplica en las cooperativas agroalimentarias. La economía circular o la sostenibilidad no son términos nuevos para nosotros, el aprovechamiento de los recursos y la reutilización de estos, con el máximo respeto al medio ambiente, siempre han sido una máxima que se ha trasladado de generación en generación. Los agricultores y la agroindustria trabajan por reducir los impactos ambientales negativos y conservar los recursos que gestiona o en los que influye, como el suelo o la vegetación, pues vivimos de ellos.

Donde alguno piensa que está el problema figura la solución. Sirva de ejemplo que el cultivo de la remolacha es uno de los mayores sumideros de CO2, una sola hectárea captura de más de 42 toneladas de CO2, igual que 15 hectáreas de bosque, así lo acredita el proyecto REMOCAR (remolacha&carbono).

Hasta la propia Política Agraria Común, incluidas las ayudas agroambientales, gira en torno a la sostenibilidad, un 40% de las subvenciones están vinculadas a ello. Es una pena que la nueva PAC haya llegado vieja, alejada de la realidad y con demasiada burocracia. Sin ir más lejos, 2023, el año de su renovación, será casi imposible su aplicación tal y como estaba prevista.

Rentabilidad

Las explotaciones agrarias y las empresas sólo sobreviven si son rentables. La sostenibilidad a medio plazo, también. Es necesario cambiar la mentalidad y hablar de euros/ha, en vez de kilos. Los socios de ACOR son rentables porque nadie logra mejor precio, ni más producción por hectárea, lo dicho: más €/ha. De nada sirve sembrar miles de hectáreas si los rendimientos son bajos. Las ayudas de la PAC deberían volver a buscar la producción, el rendimiento, quien más recoge por hectárea ha gastado más en semillas, fertilizantes, mano de obra, etc. El mundo agrario está cambiado mucho; tendremos menos hectáreas de cultivo y más población que alimentar. Los apoyos deben estar vinculados a la producción y no a las superficies mal atendidas.

El agricultor no quiere vivir de subvenciones, sino de un precio justo por sus productos, algunos valen lo mismo que hace 30 años. Con ayudas o sin ellas el único camino para ser competitivos en el futuro pasa por la tecnología y la modernización de las explotaciones para adaptarse a las nuevas exigencias del mercado y por una renovación de los actores, es decir, un relevo generacional real. Nuevos agricultores, bien formados e informados que puedan luchar en igualdad de condiciones con el mundo urbano y global. Internet tiene que ser una herramienta, no una barrera.

Agricultores y cooperativas nunca hemos sido cortoplacistas. Miramos al futuro con optimismo y con el compromiso de dejar un mundo mejor. Creemos en la sostenibilidad económica del mundo rural, para sumar a una sociedad que nos necesita.  

 

JESÚS POSADAS

Presidente de ACOR

24/05/2023