Crometofobia
9 de junio 2025
La crometofobia, definida como el miedo extremo e irracional a gastar dinero, es un fenómeno que, aunque no reconocido oficialmente como un desorden mental en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud, tiene implicaciones significativas que van más allá de las consideraciones psicológicas individuales. Este trastorno, si bien es raro, puede tener un impacto considerable en la economía, tanto a nivel microeconómico como macroeconómico, afectando no sólo a los individuos que lo padecen, sino también a la sociedad en su conjunto.
Las personas más propensas a desarrollar crometofobia suelen tener un historial de experiencias negativas con el dinero, como crisis financieras, endeudamientos excesivos o traumas vinculados a la carencia económica. Estos individuos tienden a desarrollar comportamientos de evitación extrema hacia el gasto, lo que se traduce en consecuencias tangibles como el impago de cuentas, la acumulación de deudas y la renuncia a participar en actividades económicas básicas. Desde una perspectiva económica, esta conducta puede llevar a una disminución del consumo, uno de los principales motores del crecimiento económico.
La reducción en el consumo no solo afecta a las empresas que dependen de las ventas para sostenerse, sino también a la economía en general, al limitar el flujo y la circulación de dinero. En un contexto donde el consumo privado representa una porción significativa del producto interior bruto (PIB) en muchas economías, una disminución notable en el gasto debido a la crometofobia puede desacelerar el crecimiento económico, afectar los niveles de empleo y reducir los ingresos fiscales derivados de impuestos al consumo.
Además, la crometofobia puede llevar a un aumento en el ahorro excesivo, lo que si bien puede parecer beneficioso a nivel individual, a nivel macroeconómico puede conducir a un fenómeno conocido como “paradoja del ahorro”. Este fenómeno, según la vertiente económica keynesiana, ocurre cuando un exceso de ahorro en la economía reduce la demanda agregada, lo que a su vez puede provocar una recesión económica. En este sentido (y en supuestos extremos) los individuos afectados por crometofobia no solo limitan su bienestar personal al restringirse en el uso de su dinero, sino que también contribuyen a un ambiente económico menos dinámico.
Desde el punto de vista de las empresas, una población afectada por crometofobia representa un mercado reducido. En un hipotético escenario con una gran cantidad de personas afectadas por esta condición, las empresas podrían enfrentar desafíos para mantener sus niveles de ventas y podrían verse obligadas a reducir su producción, recortar empleos o incluso cerrar operaciones. Esto, a su vez, puede crear un efecto en cadena que afecta a los proveedores, empleados y otras partes interesadas en la economía. Otra consecuencia económica relevante es el impacto sobre el sistema financiero. Las personas con crometofobia pueden evitar el uso de servicios financieros como créditos, inversiones y seguros, lo que limita el crecimiento de estos sectores.
Aunque la crometofobia se trata de un trastorno individual, tiene ramificaciones económicas amplias y profundas. Afecta el consumo, el ahorro, la inversión y el funcionamiento general de la economía. Abordar este problema desde una perspectiva económica implica no solo reconocer sus efectos sobre los individuos, sino también entender cómo influye en la dinámica económica general. Por lo tanto, es esencial que los profesionales de la economía y las políticas públicas consideren estrategias para mitigar estos impactos, promoviendo una cultura de gasto e inversión más saludable y equilibrada.