El Efecto Ikea en el entorno laboral: motivación y desafíos

10 de Noviembre de 2025

 

 

 

El Efecto Ikea en el entorno laboral: motivación y desafíos

 

El Efecto Ikea consiste en un fenómeno psicológico que describe la tendencia de las personas a valorar más un objeto cuando han participado directamente en su creación o ensamblaje.

 

El término, inspirado en la popular tienda de muebles Ikea, refleja cómo el esfuerzo personal genera un apego emocional hacia el resultado, independientemente de la calidad objetiva del producto. En el contexto laboral, este efecto se manifiesta cuando los empleados se involucran activamente en el diseño, desarrollo o implementación de proyectos, procesos o productos, lo que a menudo conduce a una percepción aumentada del valor de su trabajo.

 

En los entornos de trabajo, este fenómeno se puede observar en múltiples situaciones cotidianas. Por ejemplo, un equipo de desarrollo que diseña una nueva aplicación tiende a sentirse orgulloso y a defender con pasión su creación, incluso frente a críticas o sugerencias externas. De igual forma, un empleado que ha implementado un proceso operativo innovador puede atribuirle un valor superior simplemente por haber dedicado tiempo y esfuerzo a su creación. Esta implicación personal puede resultar en un mayor compromiso, ya que la participación directa en la construcción de un proyecto genera un sentido de propiedad y responsabilidad. Los trabajadores se sienten motivados, satisfechos y valorados, lo que contribuye a elevar su autoestima profesional y su implicación con la organización.

 

Sin embargo, el Efecto Ikea no está exento de posibles desventajas para aquellos que lo experimentan dentro del ámbito laboral. Uno de los principales riesgos es que el apego emocional al trabajo realizado pueda generar resistencia al cambio: cuando un empleado o un equipo se identifica fuertemente con su creación, puede resultar difícil aceptar modificaciones o sugerencias que mejoren el producto o proceso, incluso cuando son objetivamente necesarias. Esta situación puede obstaculizar la innovación y la mejora continua, elementos clave en entornos competitivos y dinámicos; además de una sobrevaloración del trabajo propio, lo que dificulta la objetividad y puede provocar conflictos cuando otras partes consideran que los resultados no cumplen con los estándares esperados.

 

Otro aspecto negativo del Efecto Ikea en el trabajo es la dificultad para delegar tareas o aceptar ayuda externa. El sentido de propiedad puede hacer que los empleados prefieran hacer todo por sí mismos para preservar la integridad de su creación, lo que puede generar sobrecarga, estrés y, a largo plazo, un desgaste profesional significativo. Este comportamiento también limita la colaboración y el intercambio de ideas, factores esenciales para la innovación y el desarrollo organizacional. En algunos casos, el apego puede incluso convertirse en un obstáculo para la gestión eficiente de los recursos humanos y para el equilibrio saludable entre vida laboral y personal.

 

En definitiva, el Efecto Ikea aplicado a los entornos laborales presenta un panorama complejo: si bien promover la participación activa de los empleados en la creación y desarrollo de proyectos puede fortalecer el compromiso y la calidad percibida del trabajo, es crucial también fomentar una cultura organizacional capaz de valorar la flexibilidad, la colaboración y la mejora continua. Solo así se podrá aprovechar el potencial motivador del efecto sin caer en sus posibles trampas, garantizando que el orgullo por el trabajo propio no se convierta en una barrera para la evolución y el éxito colectivo.