El Índice ‘Big Mac’: ¿Un verdadero medidor del poder adquisitivo mundial?
21 de noviembre 2023
Desde su creación en 1986 por la revista británica The Economist, el Índice Big Mac ha sido una herramienta usada para evaluar el poder adquisitivo de diferentes países. Basándose en el precio de la icónica hamburguesa de McDonald's, este índice busca ofrecer una visión simplificada de las disparidades económicas globales.
A primera vista, parece una métrica ingeniosa y accesible para comprender las diferencias en los precios y el poder adquisitivo en todo el mundo. Sin embargo, detrás de esta aparente simplicidad, existen ciertos aspectos cuestionables.
El Índice Big Mac, en su esencia, compara el precio del Big Mac en diferentes países en términos de dólares estadounidenses. Si el costo del Big Mac es mayor en un país que en Estados Unidos, se considera que la moneda local está sobrevaluada; si es menor, se considera que está subvaluada. Esta idea se basa en la teoría de la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA), que sugiere que, en el largo plazo, las tasas de cambio deben igualar los precios de una “cesta” idéntica de bienes y servicios en diferentes países.
El Índice Big Mac tiene algunas ventajas aparentes. En primer lugar, es fácil de entender y comunicar, lo que lo convierte en una herramienta accesible para el público en general. Además, el Big Mac es un producto estandarizado y ampliamente disponible en todo el mundo, lo que lo convierte en una referencia conveniente. La comparación de precios de la famosa hamburguesa puede proporcionar una visión rápida de las disparidades económicas entre países y de las posibles sobrevaluaciones o subvaluaciones de las monedas.
Sin embargo, esta aparente simplicidad esconde una serie de limitaciones que debemos considerar. En primer lugar, el Big Mac es solo un producto, y su precio está influenciado por factores como los costos de producción locales, los impuestos y los márgenes de beneficio de la franquicia. Esto significa que no puede considerarse una representación completa de una "cesta idéntica de bienes y servicios". Además, este Índice no tiene en cuenta las diferencias en la calidad de vida, las tasas de inflación, la oferta y la demanda, ni los factores económicos y comerciales más amplios que pueden afectar las tasas de cambio.
A favor del Índice Big Mac, algunos argumentan que proporciona una instantánea simple y efectiva de las diferencias de precios entre países. Además, puede ser útil como indicador de tendencias generales, aunque no siempre sea preciso en el corto plazo. También destaca las desigualdades económicas y el poder adquisitivo de diferentes naciones.
A pesar de su atractiva simplicidad, se trata de una métrica limitada para evaluar el poder adquisitivo de la población de cada país. Aunque puede ofrecer una visión general de las diferencias de precios, no debe considerarse como un indicador definitivo. La variabilidad de los precios del Big Mac no refleja completamente las complejidades económicas y comerciales que afectan a las tasas de cambio. Sin embargo, debe considerarse como una pieza más en el rompecabezas de la evaluación del poder adquisitivo mundial.
Se denomina “monopolio” a la situación de mercado en la que una empresa o entidad cuenta con el control total o casi total sobre la oferta de un determinado producto o servicio; es decir, la ausencia de competidores de relevancia en el mercado.
Los monopolios cuentan con características propias, como la existencia de una única empresa que produce y vende esos productos y servicios, no existiendo otras alternativas a la misma. Además, en los monopolios, las posibles empresas de una hipotética competencia deberán hacer frente a barreras de entrada muy rígidas; lo que permite a la empresa que monopoliza fijar unos márgenes de beneficio muy amplios, incluso por encima de la oferta y la demanda. Todo ello, ante un público generalmente grande.