La ‘Economía Silver’: Una oportunidad ignorada

4 de noviembre 2024

 

La economía plateada, o ‘silver economy’, se refiere al conjunto de actividades económicas que se orientan hacia las personas mayores de 50 años. Este grupo demográfico, cada vez más numeroso, se está convirtiendo en un motor fundamental para la economía de muchos países. Con más tiempo libre y poder adquisitivo que las generaciones más jóvenes, los mayores tienen un impacto significativo en sectores como el turismo, la salud y la tecnología. Sin embargo, a pesar de su importancia, su potencial, en ocasiones, sigue siendo subestimado y mal aprovechado por muchas empresas y gobiernos.

 

Tradicionalmente y desde una perspectiva frívola, se ha visto a las personas mayores como un grupo dependiente, que genera más gastos que beneficios para la economía. Pero esta visión está cada vez más desfasada. Hoy en día, muchos seniors son consumidores activos que demandan productos y servicios de calidad. Suelen tener ingresos estables y, en muchos casos, ahorros acumulados, lo que les permite invertir en su bienestar, en actividades de ocio y en servicios de salud personalizados. Además, su experiencia y conocimiento representan un recurso valioso que, lamentablemente, pocas veces es aprovechado en el mercado laboral.

 

A pesar de esta realidad, las empresas suelen enfocarse en los consumidores jóvenes, subestimando el poder de compra y la influencia de los mayores de 50 años. Esto es un error estratégico que deja pasar enormes oportunidades de negocio. Por ejemplo, en el ámbito de la tecnología, se piensa que este grupo no está interesado en innovaciones como los dispositivos inteligentes o las aplicaciones de salud digital. Sin embargo, muchos mayores utilizan estos recursos para mejorar su calidad de vida y mantenerse conectados. El problema más frecuente no es su desinterés, sino la falta de adaptación de los productos a sus necesidades.

 

En el mercado laboral, la situación es aún más preocupante. Aunque las personas mayores de 50 años tienen mucho que aportar en términos de experiencia y habilidades, hacen frente a barreras significativas para mantenerse o reincorporarse al empleo. A menudo son objeto de prejuicios que los catalogan como "obsoletos" o incapaces de adaptarse a nuevas tecnologías. Esta discriminación no solo es injusta, sino que desperdicia un valioso capital humano que podría contribuir al crecimiento económico y al desarrollo social.

 

Por otro lado, en el ámbito de los servicios bancarios, la digitalización ha dejado atrás a muchos seniors, que aún prefieren la atención presencial y el contacto humano. Bancos y empresas de servicios deben adaptarse para ofrecer una atención más personalizada y accesible a este grupo, evitando así que queden excluidos del sistema financiero.

 

Para aprovechar el potencial de la ‘silver economy’ es necesario un cambio de mentalidad tanto en el sector privado como en el público. Es cada vez más urgente la necesidad de diseñar productos y servicios que respondan a sus necesidades, eliminar las barreras en el ámbito laboral y reconocer su papel activo en la economía. De esta forma, se podrá aprovechar realmente la fuerza y el dinamismo de una población que, muy lejos de ser una carga, tiene mucho que ofrecer al desarrollo económico y social.