Los PIGS: Desafiando estigmas en la Unión Europea

10 de junio 2024

El término ‘PIGS’ tiene su origen en los últimos años de la década de los 90 y principios de los 2000 para referirse de manera peyorativa a Portugal, Italia, Grecia y España, grupo de países de la Unión Europea que entonces atravesaban dificultades económicas. Si bien esta denominación despectiva proveniente de medios de comunicación del norte y el centro de Europa buscaba menospreciar sus fragilidades financieras, paradójicamente, ha logrado unirlos en una lucha por defender sus intereses comunes dentro del bloque europeo.

 

Tras las diferentes crisis económicas de 2008-2009, los PIGS se vieron severamente afectados por su elevada deuda pública y déficits presupuestarios. Esta situación obligó a dichos países a solicitar ayuda internacional para rescatar sus gobiernos y sistemas financieros, reforzando la connotación negativa del término. Sin embargo, en lugar de someterse a las críticas y estigmatización, especialmente de parte de Alemania y Francia, los PIGS han logrado recuperarse y converger económicamente, aunque en la actualidad estos desafíos no están completamente extintos.

 

La reciente crisis energética y los cortes de suministro de gas han puesto en evidencia la unión de los PIGS en defensa de sus intereses. El pasado año, algunos de estos países llegaron a acuerdos con el fin de exigir medidas urgentes que desacoplaran el precio del gas de la electricidad, una posición que, en cierto modo, chocaba con determinadas políticas europeas.

 

Esta acción conjunta de los PIGS representa una forma de oportunidad para que los países del sur de Europa se unan y defiendan sus intereses dentro de la Unión Europea. Al rechazar aceptar un plan energético establecido, España y otros países del sur han demostrado su determinación por no ser relegados a un papel secundario dentro del bloque.

 

El estigma del término "PIGS", lejos de debilitarlos, ha fortalecido su vínculo y los ha empujado a consolidar una posición común frente a las potencias económicas europeas. Esta unión desafía la narrativa de países débiles y fracturados, y en su lugar, se erige como un contrapeso necesario para equilibrar las fuerzas dentro de la Unión Europea. Ejemplo de ello es el caso de Portugal, país que hoy presenta un superávit presupuestario. Su deuda pública, además, hoy se sitúa por debajo del 100%, tras haberse reducido más de un 40% en tan solo tres años.

 

Los PIGS han demostrado que no son simplemente un conjunto de economías vulnerables, sino una fuerza a tener en cuenta en la geopolítica europea. Su capacidad resiliente para superar las dificultades económicas y unirse en torno a intereses compartidos representa un recordatorio de que la verdadera fuerza de la Unión Europea radica en la unión de todas sus naciones, sin importar su tamaño o riqueza.