Un 2021 llenos de retos

28-Febrero-2021.- En febrero de 2021 existe confusión en ambos lados del tablero, desde los empresarios a los consumidores, pasando por la administración pública hasta llegar al total de los ciudadanos. En Castilla y León, como en el resto de España, en la política hay una gran incertidumbre que no ayuda a actuar con firmeza, por lo que no se sabe la senda que se debe seguir.

La situación que nos encontramos inmersos en una tercera ola, y con una posible futura cuarta ola ya vaticinada por los “expertos”, lleva a las empresas a sufrir una grave desolación. Bien es cierto que el 7,5% de las empresas españolas se niegan a cerrar, aunque la situación conlleva irremediablemente, y en muchos casos, a echar el cerrojo, pero existe un porcentaje que se resigna a llevarlo a cabo de momento. Las expectativas se centran en dos sectores fundamentales y muy trastocados: la hostelería y el transporte. Aunque siendo realistas, y de continuar así, con cierres de puntuales de bares y restaurantes, en dos o tres meses la desaparición de negocios hosteleros será mayor, algo que es fuertemente negativo.

En el segundo mes de 2021 se ha creado la tormenta perfecta dentro del tejido empresarial de Castilla y León: las pymes y micropymes no tienen liquidez; las prórrogas de los préstamos ICO ya no ayudan y se deben devolver; la reactivación del consumo aún parece lejana y la capacidad de las ayudas públicas se ha acabado a la espera de los fondos europeos, aunque irán más orientados a la recuperación socioeconómica de las generaciones presentes para salvaguardar el futuro de las generaciones venideras.

Además de la llegada de esos fondos de la UE, existe una fecha clave que es el 31 de mayo, momento en el que terminarán los ERTE y donde se observará la confianza de los consumidores y la fuerza de los empresarios, aunque de no gestionarse de la forma pertinente, muchos expedientes temporales pueden acabar en ERE con la consiguiente destrucción de empleo y aumento del paro.

A todo esto se debe sumar un dato favorable que permitirá que la reactivación, cuando llegue, sea rápida: la alta capacidad de ahorro de los hogares, puesto que al no haberse producido un gasto excesivo por parte de las economías familiares, los depósitos se han acumulado. Ante estos hechos que provocan una disminución de las ventas, el empresario de la región ha sobrevivido gracias, en parte, a las exportaciones, algo que ya fue advertido en la crisis de 2007 al contemplar que había una perspectiva mayor fuera de nuestras fronteras, por lo que la estructura empresarial ha mantenido un saldo positivo en este sentido.

Si nos adentramos en el mercado de trabajo, cabe mencionar la buena sintonía que presentaba hasta el año 2019, pero ya en enero de 2020 el paro se vio aumentado en un 3% interanual, con una disminución de los contratos. En este momento, más de la mitad de las empresas presume que van a disminuir su empleo y solo un 2% entiende que lo aumentará, según encuestas. Debemos prestar especial atención a estos datos que muestran cómo se desarrollará el presente año, especialmente en el primer semestre. En suma, irremediablemente este impacto producirá efectos directos en el consumo de los ciudadanos.

Con este plantel, los sectores se han visto abocados a reinventarse, como es el caso del comercio minorista, con un peligro de cierre inminente, que está tratando de combinar el comercio presencial con el online, tónica general al resto de negocios de proximidad en nuestro país y Europa.

Sin duda, vistos los antecedentes, las realidades estructurales de nuestra región se fundamentan en una serie de variables, prestando especialmente atención al mercado laboral, actualmente con unas debilidades enormes, ya que su característica principal es la temporalidad en la contratación. Cerca del 78% de los empleos de los castellanos y leoneses son temporales, es decir, menos de 40 horas semanales en períodos menores de 12 meses. A todo ello se suma la rotación y el bajo nivel formativo, con políticas de relocalización que no están siendo eficaces.

El hecho de que el contrato precario exista está provocando incertidumbre por parte del trabajador porque hay jóvenes que ya se están preocupando para lograr la pensión de jubilación, puesto que dados los años de cotización exigidos muchos comprenden que comenzarán a trabajar a los 30 años aproximadamente. Para solventar estas situaciones se debe ofrecer mayor dotación económica a la formación y, posteriormente, se deben estimular los sectores claves, algo que se debe hacer desde le Gobiernos nacional y los gobiernos regionales, puesto que Europa no lo va a hacer por nosotros. En ese sentido son fundamentales el digital, el de las energías verdes y el de la salud.

Debemos entender que nuestra región es una comunidad de servicios, pero se debe prestar especial a la industria, puesto que el sector secundario es fundamental para conseguir mayor fluidez en el terciario. Las políticas deben tener con objetivo principal lograr un mayor bienestar de todos los ciudadanos, pero no solo de ellos, sino de todos los sectores implicados, puesto que el ciclo económico solo funciona si realmente unos agentes retroalimentan a otros. De lo contrario, nos veremos obligados a sufrir una crisis no solo económica, también de valores.

 

https://www.tribunavalladolid.com/noticias/un-2021-lleno-de-retos/1614251361

 

Juan Carlos De Margarida
Decano-Presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora (ECOVA)